
Soy mujer: soy perdonada por Lety Hernández
Uno de los eslabones más débiles de la cadena de la conmiseración humana es nuestra incapacidad de perdonarnos a nosotros mismos y de reconocer y aceptar el perdón de Dios. Esto nos ata a sentimientos de culpa que pueden llegar a ser obsesivos y esclavizadores.